Recupera tu energía y frescura tras una noche de mal dormir

Ya sea por cuidar a nuestros hijos, por preocupaciones o sin motivo aparente, esas noches de insomnio suelen dejar nuestra energía por el suelo. ¿Qué hacer para enfrentar el día después de una larga noche sin dormir bien? Revisa estos trucos que te ayudarán a mantenerte despierta.
Todas hemos tenido un día en el que despertar y afrontar las tareas de la jornada se nos hizo cuesta arriba, por causa de no haber dormido bien la noche anterior. ¿Cómo levantar a los niños, ir a trabajar y sonreírle a todo el mundo, cuando lo único que quieres es volver a la cama?
Si esto te pasa a menudo, te presentamos algunas maneras de sortear el día después de una mala noche, logrando sentirte fresca y renovada.

 

Enfréntate a la luz natural: los rayos del sol pueden contribuir a restablecer tu reloj biológico, haciendo que tu organismo “crea” que durmió lo suficiente y se mantenga despierto. ¿Qué hacer para lograrlo? Abre las cortinas apenas suene el despertador y exponte a los rayos del sol –con las precauciones debidas- el mayor tiempo que puedas.

 

Toma una buena ducha: es perfecta para sacudir la modorra matinal y salir fresca y renovada. Eso sí, evita el agua muy caliente, que te llevará de nuevo a un estado de relajación. Un tip: puedes mejorar tu circulación alternando agua fría y tibia.
 
Date el tiempo suficiente para un rico desayuno: sabemos que el apuro de la mañana o la falta de hambre te hace saltártelo, pero el desayuno te entrega energía y nutrientes que tu organismo necesita. Evita el exceso de azúcar, que así como te despierta, te baja rápidamente, haciendo que el cansancio vuelva. Prefiere frutas, granos enteros y proteínas saludables, como huevos, queso de soya o mantequilla de maní.

 

Dosifica el té y el café: son bebidas que acostumbran despertarnos, sobre todo al llegar a la oficina. Pero es mejor que la tomes con moderación y en sorbos lentos, en lugar de tomar varias tazas seguidas; esto último te dejará ansiosa e irritable.

 

Mantente activa, pero no te satures: tu cuerpo se reactiva y recarga energías al mantenerse ocupado. Pero también te pasa la cuenta cuando lo sobre exiges. Una lista de consejos para moverte sin agotarte parte por caminar, hacer pausas de cinco minutos cada una hora en tu trabajo y, de ser posible, regalarte un breve momento durante el día para ejercitarte, en tu casa o en algún parque cercano a tu oficina.

 

No dejes de hidratarte: cuando no puedas deshacerte de esas ganas de dormir, el agua será tu mejor amiga. La falta de sueño te deshidrata y beber varios vasos al día, además de aumentar tu estado de alerta, te hará sentir más fresca.

 

Date un espacio para la siesta: no siempre tendrás el tiempo o el lugar para un rato extra de sueño, pero unos minutos de sentarte y relajarte serán suficientes. Concéntrate en cada grupo muscular durante unos 15 segundos y verás cómo tu cuerpo se siente distinto.

 

Levántate y da un paseo: no hay nada que te invite más al sueño que quedarte horas sentada en el escritorio frente al computador. Hazte el tiempo para salir a dar una pequeña vuelta, aunque sea al interior de la oficina. El movimiento corporal logrará activarte, estimulando tu cerebro, corazón y músculos.

 

¡Ríete!: está comprobado que la risa es una de las mejores terapias para el bienestar general del organismo, fortaleciendo desde tu capacidad respiratoria hasta tu sistema inmune, energizándote de forma natural. ¡Prueba con una buena carcajada!

 

Prográmate para dormir siempre a una misma hora: por último, para no volver a caer en una noche de insomnio, es esencial tener un patrón regular de sueño que acostumbre a tu cuerpo. No lo hagas de forma drástica: lo mejor es ir entrenándote poco a poco, acomodando tus tiempos y ritmos. Con disciplina y sabiendo organizar tus tiempos, te ayudarás para que esas fatídicas noches sin pegar un ojo queden completamente en el pasado.
 
Fuente:
Msn
Drcormillot
Wikihow








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