¡La aventura de dormir fuera de casa por primera vez!

La primera vez de tu hijo/a fuera de casa es una experiencia extraordinaria y muy esperada por los pequeños, es por eso que es fundamental que tanto padres como hijos estén completamente preparados para tal acontecimiento.


Por lo general, este gran suceso ocurre donde los abuelos, los tíos, un campamento o con sus pequeños amiguitos para celebrar su primera pijamada y aunque para muchos niños esto es motivo de felicidad y emoción, para otros puede no ser tan alegre, ya que no estarán sus padres en caso de alguna necesidad.

Esta experiencia es muy importante para reforzar su autonomía e independencia y es bueno para él/ella mostrarle otras costumbres, horarios, normas o comidas que no sean habituales en casa y para hacer esta tarea mucho más fácil es que te damos los siguientes consejos:

1) Conocer a la familia: es muy diferente que tu pequeño/a se quede a dormir con los abuelos, a que se quede donde su mejor amigo/a. Por eso es que es fundamental primero conocer a la familia anfitriona para tener total confianza que todo va a estar bien.

Al momento de conocer a los anfitriones, es muy importante explicarle cuáles son sus hábitos, sus enfermedades y sus gustos, de este modo ambas partes estarán más preparadas para eventuales acontecimientos. Por otro lado, se deben conocer las costumbres de la familia anfitriona para preparar al niño respecto a lo diferente que puede ser estar fuera de su zona de confort.

2) Considerar las peticiones del niño: siempre se debe escuchar lo que piensa el/la niño/a respecto a pasar la noche fuera, si notas dudas en su decisión es preciso que hables con él/ella y te asegures de que quiere o no ir. ¡No querrás que a las tres de la mañana te llamen y lo tengas que ir a buscar!

Si definitivamente no quiere dormir fuera, no tienes que obligarlo ya que cada niño tiene su tiempo de maduración y es posible que simplemente aún no esté preparado.

3) Contratiempos: es muy importante recordar que siempre hay que mantener la calma antes de tomar una decisión ya que todo esto afectará en sus futuras incursiones fuera del hogar.

Los contratiempos más comunes son:

- Pipí: muchos niños se hacen pipí en la cama cuando están en casas ajenas por la ansiedad de estar lejos de su propio hogar, lo mejor en este caso es restarle importancia y seguir la noche sin complicaciones.

Algo que puedes hacer es enviarle un cambio de pijama en la mochila con la excusa de que lo puede manchar durante las típicas actividades de niños, de ese modo la anfitriona está preparada y el problema será fácil de solucionar.

- ¡Me quiero ir a mi casa!: si el niño/a insiste en que quiere volver a su casa, lo mejor que puedes hacer es hablar con él/ella por teléfono para que te explique las razones concretas de por qué ha cambiado de opinión. Lo ideal es calmarlo lo máximo posible y conseguir que pase su primera noche fuera, sin embargo, si ves que no da tregua, lo mejor es que lo vayas a buscar y al momento del encuentro, no lo hagas sentir culpable por su decisión.

- Malestares y problemas: es muy habitual que los anfitriones llamen a los padres para informar que el/la niño/a no quiere comer, que le duele la cabeza o que se raspó la pierna y no deja de llorar. Lo mejor es explicar con antelación las costumbres de tu hijo/a para que el anfitrión sepa cuáles son sus comidas favoritas, si es alérgico a algún medicamento o si se le suele pasar el llanto por la caída con un simple, pero efectivo beso en la herida.

Después de leer estos tips, ¿te sientes preparada para dejar vivir a tu hijo/a la aventura de dormir fuera de casa?









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