¡Alerta! Berrinches, ¿qué hacer?

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Seguro has tenido que pasar por alguna situación similar con tu hijo. Y es que los berrinches son parte de la denominada “edad de la obstinación”, periodo de vida que comprende desde los 2 años y medio hasta los 3 ó 4 y está caracterizado por el desarrollo de la experiencia del “yo” y de los impulsos de autoafirmación que dan lugar a conductas de terquedad y explosiones de emotividad.

Si tu regalón aún es pequeño, quizás te convenga saber lo que ocurre en la etapa de los berrinches, para que, al menos puedas tomar algunas precauciones y sugerencias.

Tu mejor defensa es siempre evitar, en la medida de lo posible, aquellas situaciones que provoquen una rabieta, pero si ya notas que esto no resulta, entonces sigue leyendo y nosotros te guiaremos.

Es muy probable que a tu hijo le dé una rabieta si está cansado o con hambre, así que procura dejar las largas salidas al supermercado o al mall para después de la comida y la siesta. Trata siempre de llevar una mini colación a mano en “caso de emergencias”.

Ahora bien, sabemos que evitar un berrinche no siempre es posible. Una vez que comienza la rabieta, es muy difícil poder razonar con las emociones explosivas de tu pequeño. Si encuentras que es vergonzoso una “escena” en público, lo mejor es que dejes el lugar. Si te enojas o lo castigas, no mejorarás la situación, al contrario. Recuerda que lo mejor que puedes hacer, es mantener la calma.

¿Se le pasó el berrinche? ¿Qué debo hacer? ¿Cómo actuar?

Cuando se le pase el berrinche, tu niño necesitará que lo abraces y le des seguridad, ya que el perder su autocontrol puede asustarlo. Abrázalo pero no cambies las reglas: le dijiste que ya es hora de irse a casa y él o ella respondieron con una rabieta, sigue siendo la hora de irse cuando el berrinche haya terminado.

Ahora, luego de esta experiencia, ya sabes cuán intensos son sus sentimientos, puedes reconocerlos y tratar de hacer la partida menos dolorosa, ofreciéndole leer su cuento favorito para el regreso a casa.

Debes tener en consideración que tu niño no comprende tu vergüenza. Por más que la gente lo mire al momento de una rabieta en plena calle, él o ella no lo hacen para humillarte, sino que están aprendiendo a controlar sus emociones. Sólo mantén la calma y actúa como lo harías en una situación similar que ocurra en tu casa. Ten en cuenta que la frecuencia de los berrinches disminuirá según tu hijo vaya madurando.

Es un camino que hay que recorrer juntos. ¡Trata de aplicar alguno de estos breves consejos y coméntanos si te sirven!









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