Hijos con diferencia de edad, ¿cómo hacer que se complementen?

El ritmo de vida actual provoca que muchas familias tengan hijos con diez o más años de diferencia entre sí. Cuando uno va recién dando sus primeros pasos y otro está a punto de entrar a la adolescencia... ¿cómo hacerlos compartir y fortalecer sus lazos para que se aporten el uno al otro?
Muchas veces, el trabajo, las deudas o los segundos matrimonios hacen que nuestro afán de hacer familia se detenga y se retome a lo largo de los años. O simplemente el deseo de agrandar la casa vuelve y queremos incluir a un hermanito más. Pero, ¿qué pasa cuando tenemos hijos con una diferencia de edad tan grande que se vuelve difícil verlos haciendo actividades en conjunto y ganando complicidad?
 
Para empezar, es bueno detectar cuando el hermano menor mira con admiración a su hermano mayor, mientras éste tiene una actitud protectora hacia el pequeño. Es el escenario ideal y el mejor punto de partida para una relación única. Cuando descubras que están compartiendo y trabajando en equipo, siempre asegúrate de felicitarlos para que mantengan esa actitud en el tiempo.
 
En caso contrario y dados los distintos niveles de madurez, es probable que tengamos que pedirle a nuestro hijo mayor que tenga buena voluntad. Por ejemplo, haciéndolo recordar su recién superada infancia para que comparta películas o juegos con su hermano chico. Pero también nosotras como mamás deberemos estar atentas para permitir que nuestro hijo menor pruebe con dibujos animados o juguetes que a primera vista no son aptos para su edad. Aquí es esencial que la vigilancia parta desde tu criterio.
 
Asimismo, es común que el primer hijo sea el más estimulado, ya que tuvo todo nuestro tiempo y atención. Es importante no presionar al segundo para lograr aprendizajes rápidos, para que sienta que tiene su propio ritmo, independiente del de su hermano grande.
 
Debes respetar las capacidades específicas de cada uno: en vez de regalarle a ambos lo mismo para “ser equitativa”, busca regalos diferentes que sean un reflejo de sus intereses. En vez de llevarlos juntos a la piscina o matricularlos en clases de fútbol “para que compartan”, ten muy presente qué es lo que cada uno de ellos prefiere. Esto les permitirá desarrollarse por separado y aprender el uno del otro.
 
También es muy importante que evites las comparaciones. Cada uno tendrá sus ritmos y, en vez de fijarte en cómo y a qué edad el mayor alcanzó un logro, concéntrate en los talentos y desafíos que cada uno de ellos tiene por delante.
 
Recuerda que es normal que todos los hermanos, ya sean de la misma edad o muy mayores, del mismo sexo u opuesto, tengan discusiones y desencuentros. Pero está en tus manos tratarlos como personas individuales, escuchándolos y dándoles la oportunidad de resolver sus problemas propios y de familia. Será la mejor base para que construyan una relación verdaderamente sólida y ambos tengan una infancia inolvidable.
 
Fuentes
revistacarrusel.cl
guiainfantil.com
mamatambiensabe.com
facemama.com
mayoclinic.org








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