El desafío de volver al trabajo después de tener a tu bebé

Llegó el momento: se terminó el postnatal y hay que retomar las responsabilidades que te esperan en la oficina. Pero en casa se queda un pequeño que necesita atención y cariño. ¿Cómo compatibilizar los dos roles sin terminar agotada ni llena de preocupaciones? Aquí te damos una serie de tips.
Aunque nos sintamos capaces de correr para todos lados, no siempre la organización está de nuestro lado. Y mientras debemos lidiar con las exigencias del jefe y los problemas con esa compañera insoportable, la carita de nuestro bebé llorando de hambre y sueño muchas veces no nos permite pensar en nada más. Él te extraña, pero también debe aprender a vivir sin ti. ¿Cómo podemos enfocarnos bien para cumplir con ambos roles de buena forma y sin culpas? Aquí van algunas ideas que te servirán para ser profesional y mamá sin volverte loca en el intento.

                              

Conoce tus emociones: ¡No eres la primera ni la última en pasar por esto! Siempre podrás conseguir orientación sobre las emociones que pueden afectarte. Asesórate por profesionales si es necesario. Ellos afirman que los problemas más habituales son la culpa y la depresión post-parto. Sentimientos encontrados que debes aceptar para luego poder manejar.

 

Pregúntate por qué estás volviendo a trabajar: Puede ser por necesidad económica, para no perder el lugar que tanto te costó tener o para no defraudar a los tuyos. Lo importante aquí es que lo tengas claro: eso te ayudará a mantenerte motivada, enfocarte mejor y no distraerte.

 

Elige personas que te ayuden a cuidar: Puedes acudir a las abuelas, o confiar en una buena sala cuna. Asegúrate que tu hijo se acostumbre a esto y se sienta a gusto, cediendo el cuidado por pequeños ratitos unos días antes de tu regreso. Lo importante es escoger bien, sobre todo si trabajas de modo dependiente y con horarios estrictos. Tu bebé te necesita pero también puede recibir cuidados de otras personas cercanas: aprender a soltar les hará bien tanto a ti como a él.

 

Si es pequeño le costará menos: Si aún es un bebé, no le será difícil adaptarse a la nueva situación y se acostumbrará a ser cuidado por otras personas además de su padre y tú. Desdramatiza el momento.

 

Prepárate para el regreso: Es posible que sientas que en tu ausencia todo siguió de lo más bien en la oficina sin ti. O bien, cambiaron tantas cosas y tú no formaste parte de ese proceso. Para enfrentar esto, la primera recomendación es hablar de tu regreso con tus jefes y compañeros. Ellos deben saber que estás de vuelta y dispuesta a dar lo mejor de ti. Luego viene actualizarte: no dejes de pedir todos los detalles para quedar al día.

 

Organízate: La agenda, los recordatorios de tu teléfono y los post-it van a convertirse en tus mejores amigos. El tiempo escasea y las responsabilidades son muchas, así que lo más indicado es planificar con anticipación para no verte saturada. No temas pedir ayuda si lo necesitas: descansa en tu pareja si la tienes, o en amigas y compañeras de trabajo que hayan vivido lo mismo que tú.

 

Continúa con la lactancia: La recomendación de los pediatras es mantener la lactancia exclusiva por los primeros 6 meses, y combinada a partir de ese momento. Hay muchas maneras de hacerlo: lo más sencillo es extraer tu leche y congelarla. Si necesitas ayuda adicional, puedes acudir a expertos en lactancia que te darán los mejores consejos.

 

Revisa la relación con tu trabajo: En una etapa con tantos cambios, es normal que te surjan muchas dudas. Aprovéchalas y, antes de partir, tómate un tiempo y piensa en qué es lo mejor para ti y tu hijo. Quizás tengas la posibilidad de no trabajar tiempo completo, o buscar uno nuevo que se adapte mejor a tu nueva realidad. Todas tenemos deberes pero nunca es bueno cerrarte a otras posibilidades. Un buen tip es imaginarte en un escenario distinto: lejos de tu trabajo actual, o trabajando y criando… ¿Cómo te sientes al respecto?

 

Ir a la oficina puede ser un relajo: Tomarte el café caliente y sin interrupciones, salir a almorzar con tus compañeras y, sobre todo, comer sin levantarte a cada minuto, ¡puede ser el mejor de tus descansos! Amamos a nuestro bebé pero sabemos lo demandante que puede llegar a ser. Volver al trabajo puede ser, también, un espacio para ti misma.

 

Piensa en los beneficios para tu hijo: Hay estudios que indican que el hijo de una madre que trabaja crecerá más sociable, abierto y seguro de sí mismo. Ser más independiente a temprana edad le permitirá aprender nuevos juegos, le acarreará amigos y fortalecerá su personalidad.

 

Toma en cuenta el principio de realidad: Toda mamá sabe lo triste que puede ser perderse de esos pequeños momentos en que sus bebés le demuestran que están creciendo. Siempre serás capaz de compensar eso con dedicación y amor de mamá. No olvides llenarlo de cariños antes de irte a trabajar, y darle la cena o bañarlo a tu regreso. Tu hijo, más que tenerte las 24 horas encima, necesita tiempo de calidad.

 

No te sobre exijas: Es probable que, con tantas responsabilidades, el orden y el aseo de la casa no sean tan pulcros porque simplemente no te va a dar el tiempo. Date permiso para no tener todo bajo control, y disfruta de los momentos en tu trabajo y con tu bebé.

 

Sabemos que es difícil, pero también que todo lo que estás haciendo es para ser una mejor mujer y mamá, y que a tus retoños nunca les falte nada. Tu esfuerzo te volverá un ejemplo para ese pequeño que te espera cada tarde con una sonrisa que, al final del día, siempre será la mejor recompensa.
 
Fuente:

Planetamama

Babycenter

Crecerfeliz

Altonivel









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